La Conciencia
Pero el
Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la
fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo
cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de
alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos
los creyentes y los que han conocido la verdad. 1 Timoteo 4:1-3
1. ¿Qué
es la conciencia? La conciencia es un
juicio de la razón por el que el hombre reconoce la bondad o maldad de un acto.
Por ejemplo dice: "soy consciente de que este detalle con mis padres es
bueno".
2. ¿Qué
se necesita para tener conciencia? Para
emitir un juicio de conciencia sobre el bien-mal de un acto, se necesita una
inteligencia que juzgue, y un conocimiento previo que sea la base en que se
apoya este juicio moral. Algo similar sucede cuando el entendimiento dictamina
sobre la verdad de algo. Por ejemplo, al escuchar: "las vacas
vuelan", la razón emite un juicio inmediato que dice: "falso".
Este juicio está basado en el conocimiento previo de vacas y vuelo.
3. ¿Cuál
es la base de apoyo para la conciencia? El juicio de conciencia se basa en el conocimiento de la
naturaleza humana y de lo que le conviene. Esta sabiduría se adquiere de dos
fuentes:
Por un lado, la propia
naturaleza humana reclama un modo de actuar que suele llamarse ley natural. El
Creador nos ha hecho de una determinada manera y está grabado en el hombre un
conocimiento básico de lo que está bien o mal.
Además, el Señor ha
querido manifestar claramente lo que nos conviene, y disponemos de los diez mandamientos y las enseñanzas de
Jesucristo, que ayudan a formar la conciencia.
4. ¿Cómo formarse bien la conciencia? El juicio moral de la inteligencia se hace más certero si el
hombre obtiene más conocimientos de las dos fuentes anteriores.
Para conocer mejor la
naturaleza humana irá bien fomentar el deseo de buscar la verdad y de obrar
bien. También esto último, pues a base de obrar mal la inteligencia se
mala-costumbra y pierde claridad de juicio.
Para aprender o recordar
las enseñanzas de Jesucristo, habrá que acudir a medios de formación cristiana:
charlas, homilías, cursillos, libros, etc.
Para la aplicación
práctica de esos conocimientos, irá bien escuchar el consejo de personas buenas
y entendidas.
5. ¿Conviene tener una conciencia bien formada? Es importante distinguir el bien del mal,
para acertar en lo que conviene hacer. Los grandes criminales tienen la
conciencia deformada y se dice de ellos que son hombres sin conciencia.
6. ¿Cualidades
de la conciencia?
La conciencia no crea la
ley, sino que aplica la ley de Dios al caso concreto.- El hombre no inventa el
bien-mal, sino que juzga basado en la ley natural grabada en su naturaleza. Un
carterista puede auto-convencerse de que robar es bueno, pero no lo es.
Simplemente se equivoca.
La conciencia es
inseparable de los actos humanos.- Se llaman actos humanos a los voluntarios y
libres, y por tanto conscientes. Conscientes de su bondad sensible -me gusta- y
de su bondad moral -me conviene-.
La conciencia instruye
sobre el bien y mueve a obrar.- El juicio de conciencia es práctico: esto lo
puedo o debo hacer; esto lo debo evitar. Y se adquiere experiencia.
La conciencia aprueba o
reprende.- El juicio de conciencia es principalmente anterior a la acción, para
obrar o no. Pero una persona continúa reflexionando después de actuar, con un
dictamen de aprobación y paz si se obró bien, o de inquieto rechazo si se obró
mal. Por esto el hombre tiene responsabilidad ante sí mismo.
6. ¿Libertad de las conciencias? Se debe respetar la libertad de las conciencias, pero esto no
significa que la conciencia sea independiente de la ley divina. En este campo
la libertad consiste en ausencia de coacción
al buscar la verdad, pero no independencia respecto a la verdad. Una persona
puede convencerse de que robar es bueno, o de que no existe Pekín. En ambos
casos obra libremente pero no acierta con la verdad -moral o geográfica- (relativismo).
7. Un
terrorista asesina de acuerdo con su conciencia. ¿Por qué hace mal? No hace mal por seguir su conciencia, sino por
haberla deformado hasta ese punto. (En realidad ante casos tan antinaturales,
la conciencia sigue protestando y el terrorista debe doblegar su propio pensamiento
cada vez que actúa).
La
noción "popular" de conciencia como testigo y juez de las propias
acciones personales. Mostrando
la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y
acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará
por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio. En Romanos 2,15-16
Escribe
que los paganos "muestran que llevan escrito dentro el contenido de la ley
cuando la conciencia aporta su testimonio y dialogan sus pensamientos
condenando o aprobando": la imagen de un debate en el íntimo tribunal de
la conciencia es muy elocuente. El testimonio interior de la conciencia se
cumple, según (Romanos 9:1) Verdad
digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu
Santo. Nuevo componente del
juicio de conciencia, que expresa a nivel concreto y operativo la originalidad
propia de la conciencia cristiana como fundamental percepción y recepción de la
salvación que Cristo realiza en cada uno de nosotros. Es el mismo
"testimonio de nuestra conciencia" Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia,
que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la
gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros. (2 Corintios 1:12)
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